miércoles, 14 de abril de 2010

Eco

Entablé esa conversación repetitiva, redundante
por mas que al comienzo sonaba bien.
Llegué a arrepentirme de siquiera haber movido mi boca.
Pero peor fue cuando las paredes comenzaron a hablar.

Perdiendo la paciencia y gritando inconscientemente
casi pierdo mis ojos desorbitantes.
Con una mirada que no se detiene no es fácil
mantenerse cuerdo.

"Monotonía" me repetía mi cabeza. Monotonía...
Me hablaba, se reía y me imitaba
Mis nervios perdieron todo control
Incluso cuando me di cuenta de como mi voz
retumbaba en las paredes del callejón

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