Ayer a la noche vi un gigante en mi casa. Me acosté en mi cama y mire por la ventana, la persiana que estaba abierta seguiría igual hasta la noche siguiente. Observando la noche lo noté: acostado sobre el jardín estaba esa forma humana tan colosal. “Si sigue ahí el pasto se va morir” fue lo primero y lo ultimo que pensé. Para recuperarme de la estupefacción remoje mis labios y mis ojos con un lento cerrar de parpados.
No recuerdo exactamente con que nombre lo llamé pero me miró fijo, le devolví la mirada con ojos amigables y se paró. Tuvo que agacharse para mirarme a la cara a un metro de distancia.
-¿Español? Pregunté tontamente.
Me miró con ojos extrañados y asintió sin dejar de lado su cara inquieta.
-Bueno…ehmm…tenía que asegurarme… Fue mi declaración 90% mentirosa.
Dejamos de lado la conversación sin sentido y me acercó su manaza. Sin pensarlo demasiado me subí. Me llevo a su hombro y empezó a caminar. El aire era fresco y agradable, todos dormían. Sus pasos no los despertarían, parecía caminar sobre el aire. Después de unos largos minutos llegamos al pie de una montaña, me dijo en voz baja que me sostenga. Se agachó y agarró la tierra con ambas manos, y ahora levantándolas parecía haber agarrado una alfombra que cubría una entrada a un mundo desconocido. Entramos y dejo caer la puerta secreta.
Ahí las luces brillaban, se oían voces de todos los tonos, peor no veía a nadie. Un minuto después, ya que no había nadie interesante para ver, mire hacia arriba pero no logre ver nada parecido a un cielo humano…Mi asombro fue tal, que caí hacia atrás, pero uno de ellos me sostuvo justo a tiempo.
Lleno, lleno de gigantes, por todos lados. Cuando miré hacia arriba todos mi meraban y se susurraban cosas al oído, otros gritaban, y algunos todavía no me habían visto. El buen gigante q me salvó me sonrió detrás de su barba bestial y me posó bruscamente sobre el piso. Un minuto después, incluso mi amigo había desaparecido.
Para aprovechar este lugar tan nuevo comencé a recorrerlo. Cientos de calles de tamaño XXXXXL. Pero en un momento de aburrimiento, desee volver…Estuve a punto de gritarle a mi amigo enorme, pero él me ganó de mano.
-¡LUCAAAAAAAS! Se oía. ¡LUCAAAS! Un vozarrón grave y profundo pero no sabía de donde provenía. NO pude responderle, mi voz simplemente no saldría. Me quede quieto y el sonido parecía alejarse, los gritos seguían pero así como la voz, el lugar se esfumaba.
-¡NO! ¡No quiero volver! Sin dirección comencé a correr.
De repente me sacudí, como en un sueño o pesadilla. Miré por mi ventana, el sol ahora cubría todo.
-Y claro…uno como él no aparece en la luz del día. Esperará a las sombras para que lo oculten, o a lo mejor, lo creen.
Lucas Craig 3/1/10
Me encantó tu personaje de entre-sueño , con un puñado de matices inciertos e ingenuo .
ResponderEliminarUn abrazo, mal amigo.
Ese personaje q inventaste, el Mal Amigo, no me gusta tanto xD
ResponderEliminarese gigante existe, lo veo desde mi ventana todas las noches, escondido entre sombras producidas por los focos de la calle :)
Me gustó, me gustó.
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