El viento acariciaba su rostro,
suavemente, justo como ella quería.
Su pelo, desprolijo
acompañaba el movimiento de las cortinas.
La ventana abierta, sus ojos cerrados.
Era todo un juego. Sonreía.
Pensaba en bailar.
Cuándo abría ocasionalmente sus ojos
y veía como se movían las cortinas
pensaba en acróbatas envueltos en telas de colores
Sus cabezas rozando el suelo,
usando las manos como escobas.
Jugaba a ser uno de ellos
Entre pájaros azules
y estrellas de bolsillo.
Acusaba de delirante
A cualquier peatón deambulante.
A cada mirada de incertidumbre
Ella le guiñaba un ojo y seguía con lo suyo,
Como de costumbre.
Lucas Craig – 7/12/11
Para André Lúdics, ó Andrea Alvarez, con mucho delirio, ó cariño