Mientras volaba, su nombre se repetía en mi cabeza
A veces mi boca lo pronunciaba
La invoqué. Ahí está, sentada, erguida.
Sus manos, relajadamente tensas.
El taburete vibraba con cada acorde,
También hacían palpitar mi corazón
De repente sus facciones se relajaron cuando esperaba cuatro tiempos
En esos momentos comencé a caer, sin pulso.
Pero sin darme cuenta, planeo. Floto sobre ella.
Las notas vibran, me hacen vibrar; me electrifican.
Aprieto la rosa en mis manos, goteo pétalos sobre la caja de música.
Inconscientemente, bajo, miro sus dedos deslizantes,
Sus brazos tímidos y sus hombros desnudos.
Beso su cuello produciendo un suave relajamiento;
La música se hace mas lenta, mas suave. Mi color se desvanece sutilmente.
La rodeo con mis brazos y sus manos siguen produciendo melodías de vida
Las notas fluyen, mi sangre las imita.
Así, hecho uno, la música se detiene.
Levanta sus brazos y me besa. La música de cuerdas se apagó.
La nueva canción se escucha a lo lejos, en otro plano.
Desde arriba se distingue:
Un piano, una rosa.
Lucas Craig - 29/6/10